Los grandes defectos de la televisión en España

06th Oct 2015 Televisión

El modelo televisivo español es sin duda muy singular y cuanto más miramos a nuestros alrededor (a otros países) más fácil es detectar sus virtudes y sus defectos. En este caso vamos a dejar las virtudes para otra ocasión y vamos a focalizar nuestra atención en los grandes defectos de nuestra televisión.

Respeto hacia el espectador

Si en algo suspenden todas las televisiones generalistas y en abierto de España es en el poco respeto que muestran al espectador, el usuario final y de quien depende el negocio de la televisión. Horarios que nunca se cumplen, cortes publicitarios »a machete», títulos de crédito que nunca se ven, publimoscas que inundan la pantalla o canales en HD que no emiten en HD (es decir, en Alta Definición) solo son algunos ejemplos del continuo desdén de las cadenas de televisión hacia el espectador. ¿Es tan difícil hacer las cosas bien? Probablemente no, pero debemos ser chapuceros por naturaleza. Quizás los horarios solo sea un reflejo de lo que somos (puntuales no, desde luego), pero hay otros muchos elementos que no hacen más que demostrar la poco »elegancia» de nuestra televisión.

Lo de los bloques publicitarios quizás sea lo más conocido y repudiado por la mayoría de espectadores ¿Quién no ha tenido tiempo para ir al baño una docena de veces durante esos bloques interminables de anuncios? ¿Quién no ha blasfemado cuando ha salido eso de »Volvemos en..» justo en el medio de una escena de máxima tensión y dejando a un personaje con la palabra en la boca? Evidentemente la publicidad es básica para el sustentamiento de un modelo de televisión comercial pero realizar  una programación de cortes coherentes con el contenido y unos bloques de una duración adecuado no es algo de una complejidad desmesurada, es simple y sencillamente la norma en otros muchos lugares (sin ir más lejos, la series americanas, las británicas o mismamente una telenovela mexicana, están editadas de tal forma que se puedan introducir 4 o 5 cortes publicitarios cortes en momentos concretos de cada capítulo).

Duración excesiva de series y programas

¿Por qué las series españolas duran tanto? Es raro que alguien no se haya hecho alguna vez esta pregunta. Si bien es cierto que tiene una explicación industrial y comercial  basada en la máxima rentabilización de los productos aduovisuales (en lo que profundizaremos en próximos artículos), no es menos verdad que la excesiva duración de los contenidos televisivos en España siempre ha sido algo muy peculiar y que sorprende fuera de nuestras fronteras. Mientras una serie extranjera suele durar entre 45 y 55 minutos (cada capítulo) nuestras series no bajan de los 70 minutos. Lo mismo ocurre con los programas del prime-time, por ejemplo, una emisión de »The Voice» en Estados Unidos o Gran Bretaña no pasa de la hora y media (2 horas comerciales) y, por el contrario, una emisión de »La Voz» en Telecinco puede superar fácilmente las dos horas brutas (casi 3 horas comerciales).

Esto, que quizás parece una tontería, no solo hace que consumir un contenido audiovisual »made in spain» en ocasiones sea muy tedioso, si no que también influye en que vender un producto hecho en nuestro país al exterior sea muy complicado ya que nuestras duraciones son muy difíciles de encajar en sus parrillas, acostumbradas a contenidos más ligeros.

Lenta modernización

Tanto a nivel técnico como de contenido nuestra televisión siempre ha ido a ralentí. Mientras en países como Reino Unido ya hace una década que se adoptó el panorámico (16:9) como estándar de emisión (coincidiendo con la proliferación de pantallas LCD y de plasma) en España tuvimos que esperar un lustro más para que las cadenas comenzasen a emitir en formato panorámico y este se generalizara como estándar. Para que no hubo que esperar tanto es para que nos vendiesen todo tipo de pantallas planas dónde disfrutábamos de un maravilloso contenido deformado (cuando hace unos años veías a Matías Prats muy anchote en esa super televisión nueva no es que él hubiese engordado, era la deformación quien lo hacía). Con la alta definición, eso conocido como HD (por sus siglas en la lengua se Shakespire), pasó un poco lo mismo, mientras en los países de nuestro entorno las emisiones en HD son generalizadas desde hace años, en España, a pesar de que nos vendan muchos canales en Alta Definición, sigue habiendo muchos contenidos televisivos que no están producidos en alta calidad.

Algo parecido ha pasado con la ficción, una parte de la industria dónde ha costado mucho introducir nuevos géneros e historias enfocadas a targets menos »generalistas». Hace pocos años era impensable ver series como Vis a Vis, Bajo Sospecha o El Príncipe en una de las grandes cadenas (había miedo a segmentar y salirse del contenido »familiar» que aglutinaba al público). Hoy son todo un éxito palpable que nos demuestra que la ficción española por fin se ha modernizado de la mano de la calidad.