B2B o B2C: ¡adapta tu videomarketing!

Hoy queremos hablar de una distinción que no todos hacen a la hora de hablar de videomarketing, error grave a la hora de planificar cómo llegar al target. Para los lectores más ajenos al tema, hemos de explicar el significado de las siglas: B2B (Business to business) se refiere a servicios o productos para empresas, mientras que un negocio B2C (Business to consumer) se dedicaría a productos o servicios para el particular.

El videomarketing está plenamente integrado en nuestra cultura; tenemos incontables ejemplos de vídeos virales que diariamente dan mejores resultados que campañas tradicionales cuatro veces más caras. Un ejemplo es First Kiss, un vídeo que vieron 70 millones de personas y resultó ser una campaña de una marca de ropa.

Aún así, en el ámbito B2B el videomarketing no ha calado tan hondo, con la consiguiente pérdida de potencial. Le debemos a ITN la siguiente información:

infografía

B2B vs. B2C

 

Al hilo de esto, nos sorprende la conclusión de un estudio, una vez más de ITN, de que el 26% de las compañías no cuentan con estrategias de implantación de videomarketing, aunque también exponen que en los próximos meses vamos a asistir a una reversión de esta tendencia.

Quizá sea por el hecho de la concepción del vídeomarketing actual, que tiene que ver más con el ámbito emocional, del humor y de buscar la viralidad por encima de todo. Es verdad que en el ámbito B2C esto es así, buscando la emoción para vender el producto o servicio, y que la creencia general es que en ámbito B2B ha de ser al revés. Según esta creencia, el vídeo B2B han de ser hechos fríos, lógicos, puros y duros, y este es el único modo de vender el producto o servicio B2B.

No obstante, como creemos que la experiencia es la madre de la ciencia, queremos exponer un hecho que hemos observado: aunque la mayoría de directos quieren ver “los hechos” no está de más introducir un elemento de “emoción”, que por una parte va a marcar la diferencia, y por otra, todos sabemos que la mayor parte del éxito de una presentación radica en los primeros 30 segundos: es muy difícil enganchar a la audiencia en ese lapso de tiempo sólo narrando hechos fríos.