El vídeo nos cambia
Madre mía, en el mundial de 2.010. O en el del 2.006. Todo el mundo apresurándose a organizar el visionado en grupo del partido de España, de tener bajo control dónde, cómo y con quien lo iban a ver. Seguro que el solo pensamiento de visionarlo solos o a destiempo, de perderse este acontecimiento, les daba pavor.
Pero ahora, gracias a la proliferación del vídeo online, estamos viviendo un cambio social. Pensemos en la situación, y en las limitaciones que ahora vemos, pero que antes no parecíamos encontrar:
- Antes necesitábamos una pantalla grande. Como sólo podíamos verlo retransmitido en directo, estábamos “atados” a estos aparatos por los cuales se pegaban las cadenas…aquello de los derechos de retransmisión. Sin embargo, hoy podemos descargar una aplicación a nuestro Smartphone y por un módico precio (o no, siempre hay “opciones”) verlo en cualquier sitio (ya sea por wifi, 4g, 3g…). En nuestra opinión, ésto constituye una analogía muy interesante: Quizá haya observado el lector la creciente tendencia a convertirnos en una sociedad individualista, viéndose esto reflejado en muchas áreas de nuestra vida. Lo mismo pasa con esto: Ahora mismo, ¿Qué necesidad hay de reunirse para ver un partido? Si podemos coger nuestro Smartphone y verlo cuando, como y donde queramos. Si bien es cierto que a la mayoría nos gusta ver el fútbol en grupo, siempre ha habido gente reacia.
Pues bien, estamos asistiendo impertérritos a cómo esas personas, que se sentaban a nuestro lado no del todo convencidas pero obligadas por las circunstancias y que al final terminaban pasando un buen rato en compañía, ya no tienen porqué hacerlo.
- Antes sólo contábamos con la información que aparecía por la pantalla, y la del típico amigo sabihondo que se sabía hasta los resultados históricos del equipo rival. Ahora hay opciones para todos los gustos, tamaños (de pantalla) y presupuestos. Desde Hashtags simultáneos (de hecho, un gran porcentaje de los usuarios de twitter lo son por acceder a información en tiempo real) para personas que no cuenten con una SmartTV, hasta sistemas de información específicos de cada fabricante de TV. También encontramos, en el caso de los más “techies”, televisiones convertidas en dispositivos Android que tienen tantas posibilidades como apps puedan encontrar en el Play Store. Francamente, creemos que con una vida no bastaría para explorar y probarlas todas. O por lo menos, todas las que nos interesan.
En conclusión, no debemos limitarnos a analizar los resultados de un estudio (este artículo extrae información del último estudio de Adobe, que dice que el consumo de TV online ha crecido un 388%) simplemente en base a sus datos, sino que debemos buscar el reflejo que éstos tienen en nosotros, y en la sociedad en general.
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